21 noviembre, 2013

1. ¿De su lugar de nacimiento? Determinismo geográfico, puede ser.

2. ¿De su nivel de salud? Determinismo sanitario, puede ser.

3. ¿De su acceso a una buena alimentación? Determinismo nutricional, puede ser.

4. ¿De su ambiente en el hogar y su felicidad? Determinismo amoroso, puede ser.

5. ¿Del nivel de estudios de sus padres? Determinismo familiar, puede ser.

6. ¿De la “clase” social a la que pertenece su familia? Determinismo social, puede ser.

7. ¿Del nivel económico familiar? Determinismo económico, puede ser.

8. ¿De su coeficiente intelectual? Determinismo fisiológico, puede ser.

9. ¿De su curiosidad infantil? Determinismo hereditario, puede ser.

10. ¿De su acceso a recursos educativos? Determinismo logístico, puede ser.

11. ¿De su capacidad de acceso a becas? Determinismo político, puede ser.

12. ¿Del sistema educativo con el que se forma? Determinismo legislativo, puede ser.

13. ¿De sus compañeros de pupitre? Determinismo social, puede ser.

14. ¿De sus motivaciones sentimentales? Determinismo psicológico, puede ser.

15. ¿De sus aspiraciones profesionales? Determinismo laboral, puede ser.

16. ¿De los rezos e invocaciones del clan familiar, tribu o pueblo? Determinismo mágico, puede ser.

17. ¿De si es niño o niña? Determinismo biológico, puede ser.

18. ¿De sus inteligencias múltiples (emocional inclusive)? Determinismo genético, puede ser.

19. ¿De la calidad de sus profesores? Determinismo profesional, puede ser.

20. ¿De qué depende que tenga un buen sueldo de adulto? Determinismo resolutivo, puede ser.

Esta semana celebramos el Día Universal del Niño (20 de noviembre). Pongamos ejemplos para ilustrar posibles respuestas a las preguntas anteriores, bien sean afirmativas o negativas. Pensemos en adolescentes que estudian en cinco continentes y según lo que sabemos o suponemos podemos contestar a nuestras cuestiones. Bueno, como los continentes son muy grandes, pensemos en dos muchachos nacidos cada uno en un país diverso. Por ejemplo, ¿qué podemos decir de dos europeos, uno educado en España y otro en Finlandia? ¿Tienen las mismas opciones dos jóvenes americanos que se educan, respectivamente, en Canadá y en Brasil? ¿Y otros dos adolescentes de Oceanía uno formado en Nueva Zelanda y otro en las Islas Salomón? ¿Y dos niños africanos que se cultivan uno en el Sáhara Occidental y otro en Sudáfrica? ¿Y qué pasa con los numerosísimos muchachos asiáticos, con un joven que aprende en Corea del Sur o con una joven que lucha por hacerlo en Pakistán?

Tenemos respuestas para todos, seguro, y qué diferentes. ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué tipo de integración, interculturalidad y atención a la diversidad deseamos, aspiramos, preparamos? ¿Podríamos o deberíamos hablar de determinismo adquirido por/gracias/debido a/en ausencia de/ educación? ¿Qué prioridades tiene un niño hoy? Si pensamos en jóvenes de un mismo barrio de la periferia de una urbe europea, quizás las aspiraciones se asemejan mucho. Sin embargo, si damos la vuelta al globo terráqueo los anhelos se multiplican, se disparan. ¿Qué prioridades posee un profesor en el siglo XXI? Por su parte, un sentimiento unitario parece (o debería) florecer en todos los profesores del mundo: ser útiles y educar a mejores personas y ciudadanos para que hagan del planeta un lugar mejor para todos, sin excepción.

Detengámonos por un momento en una joven paquistaní y pensemos en las 20 preguntas anteriores. Para Malala Yousafzai (Paquistán, 1997) creo sinceramente que ninguno de los determinismos citados ha supuesto obstáculo (excepto ser “niña”). El 9 de octubre de 2012 esta adolescente fue tiroteada en la cabeza por los talibanes mientras iba a la escuela, derecho que los extremistas habían prohibido para las niñas de su país. Trasladada al Reino Unido por las tropas internacionales que controlaban la zona consiguió salvar su vida y fue dada de alta a principios de 2013. Desde entonces, estudia en un instituto de Birmingham, ha escrito su biografía, se ha convertido en una activista en pro de los derechos de las niñas a la educación y ha recibido un sinfín de premios (por ejemplo, el más reciente: el Parlamento Europeo le acaba de entregar el Premio Sájarov a la libertad de conciencia en reconocimiento a su lucha a favor de la educación universal de las niñas en Pakistán y en el mundo). Tiene 16 años.

Os dejo aquí varias de sus reflexiones y, si podéis, haced partícipes de ellas a vuestros alumnos, seguro que tienen mucho que decir.

* Discurso de Malala en la ONU (12 de julio de 2013): “Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución. La educación es lo primero”. Vídeo completo en inglés con subtítulos en castellano (duración 17 minutos): http://www.youtube.com/watch?v=UJZHFlao88Y

* Entrevista de Malala en la BBC (7 de octubre de 2013). Cuenta su vida como estudiante, su blog para la BBC bajo seudónimo masculino, su ataque por los talibanes, su recuperación y sus anhelos futuros. Vídeo completo en inglés sin subtítulos, aunque de un nivel lingüístico muy asequible (duración 9 minutos): http://www.bbc.co.uk/news/world-asia-24435564