19 enero, 2014

Propongamos un juego… Expongamos las bases de un sistema educativo y… ¡adivina, adivinanza! ¿De dónde es, dónde se aplica, en qué país o países? ¿Es actual, es un sistema vigente, es algo del pasado? ¿Qué nos parece el planteamiento educativo? Bueno, antes de proponer el texto, unas preguntas de aperitivo:

* ¿Escolarización hasta los 23 años de edad?

* ¿Escuelas en entornos de cierto valor paisajístico?

* ¿Los conocimientos se asimilan directamente con ejemplos explicativos?

* ¿Ejemplos didácticos tan atractivos que los profesores deben frenar la sed de aprendizaje?

* ¿La máxima atención a las características individuales de cada alumno?

* ¿Favorecer el posterior desarrollo intelectual?

* ¿Una vez graduado cada joven tendrá derecho a recibir inmediatamente ofertas de trabajo según sus preferencias y en cualquier parte del planeta donde se desarrolle esa actividad?

* ¿Los educadores disponen de todo lo necesario?

* ¿La vida escolar se convierte en uno de los momentos más felices de la vida?

* ¿Perfecta organización institucional?

Algunos aspectos suenan lógicos, otros reales y, quizás, la mayoría utópicos. Adelante con el acertijo.

 La educación (…) se organiza de la siguiente manera. Cuando el niño cumple cuatro años, lo trasladan a la escuela primaria, donde permanece hasta los dieciocho. Estas escuelas-residencia se encuentran en cualquier lugar con un entorno de cierto valor paisajístico, frecuentemente a la orilla del mar. En ellas la vida de los niños transcurre entre juegos, entretenimientos y diversiones. Pero, al mismo tiempo que se les enseña a hacer corros, canto, baile, gimnasia, etc., aprenden de forma amena y casi sin darse cuenta a leer, escribir, las primeras nociones de matemáticas y también conceptos básicos de historia universal, geografía, astronomía… El sistema educativo (…) está pensado de forma que el niño no tiene necesidad alguna de forzar su memoria y agotar su concentración; todos los conocimientos se asimilan directamente con ejemplos explicativos de cada materia, desde un punto de vista tan atractivo e inteligible que los profesores a menudo se ven más obligados a frenar la sed de aprendizaje de sus alumnos que a estimular su interés”.

¿Finlandia hoy? Frío, frío…

“Hay que tener en cuenta que cada niño está dotado de una capacidad de comprensión y retención diferentes: por lo tanto debe dedicarse la máxima atención a las características individuales de cada alumno; todas las escuelas, tanto primarias como secundarias, tienen varios niveles paralelos en los que se agrupan los niños con similares aptitudes, talentos y naturaleza, y los profesores pueden seguir un mismo programa para todos ellos, si bien adaptándolo a las necesidades individuales de cada uno”.

¿Corea del Sur actual? Frío, frío…

“Desde los ocho a los doce años los niños estudian en escuelas primarias de educación básica (…). En ellas estudian con más detalle tanto las materias comunes y de humanidades como las de ciencias aplicadas, incluyendo la construcción de máquinas elementales y su trabajo con ellas. Las máquinas, como veremos más adelante, desempeñan un papel primordial en la vida (…) y por ello tienen que empezar a familiarizarse con ellas desde la infancia”.

¿Canadá hace unos años? Frío, frío…

“Todo el sistema educativo de nuestras escuelas de enseñanza básica está encaminado a despertar en los niños la curiosidad por el saber y a favorecer su posterior desarrollo intelectual de forma autónoma y con capacidad de autocorrección y superación. Los escolares de vez en cuando hacen excursiones, supervisados y acompañados por sus educadores, y las vacaciones pueden pasarlas con sus padres o bien con sus tutores educativos, viajando por diferentes lugares”.

¿La Grecia clásica? Frío, frío…

“Después de la enseñanza primaria, pasan a la secundaria, en la que estarán de los doce a los dieciocho años. En estas escuelas, además de las materias obligatorias de las ciencias y las artes, estudiarán los fundamentos de los principales oficios, tanto en el plano teórico como en el práctico. La ignorancia en el campo de los oficios o en el manejo de las máquinas, se considera entre los habitantes (…) un demérito a la hora de obtener el grado de ciudadano libre; de ahí que se haga especial hincapié en su estudio. Con el objetivo de conocer in situ el funcionamiento de fábricas e industrias, a menudo los alumnos de estas escuelas hacen visitas a estos centros, bajo las directrices de sus profesores, viajando por todo (…) y adquiriendo así la práctica y experiencia necesarias para después aplicarlas en su vida. Al concluir esta fase, con dieciocho años, ya están del todo perfilados los rasgos particulares y el carácter del futuro ciudadano; asimismo se hace evidente, en mayor o menor medida, hacia qué campo de actividad puede mostrarse más afín, eficiente, etc., si predomina en él la tendencia al trabajo científico e intelectual o más bien las labores prácticas y las ciencias aplicadas. Según sean sus inclinaciones, el joven elegirá una especialidad, ya que el período que va de los dieciocho a los veintitrés años se dedica exclusivamente al estudio del campo escogido”.

¿En la China maoísta? Frío, frío…

“Una vez terminada la enseñanza obligatoria, cada joven recibe un certificado donde se enumeran todos los trabajos y oficios estudiados a la perfección; tendrá derecho a recibir inmediatamente ofertas de trabajo según sus preferencias y en cualquier parte del planeta donde se desarrolle esa actividad. Finalizada la enseñanza superior especializada, cada uno recibe un grado correspondiente a su ramo, que le da derecho a ocupar en cualquier parte determinados puestos propios de su especialización.

¿El Japón imperial? Frío, frío…

“De este modo la vida escolar, en la que los educadores disponen de todo lo necesario, se convierte en uno de los períodos más felices en la vida (…): se les ofrece una serie interminable de satisfacciones, obtenidas tanto por la perfecta organización institucional en actividades y normas como por la continua adquisición de nuevos conocimientos. A los veintitrés años se da por concluida la formación (…) y a partir de entonces da comienzo su vida civil”.

¿España? Frío, frío…

¡Esto suena a ciencia ficción! Caliente, caliente…

¡Esto no puede ser real! Caliente, caliente…

¡Pues será el sistema educativo de otro planeta! Quemando, quemando…

 Se trata de un sistema educativo extraterrestre, sí, tal cual, de otro planeta, descrito hace más de 118 años (en 1896) y desarrollado en Marte. ¿Qué podríamos desear, plantear o copiar en la España de hoy? Puestos a pedir, muchas cosas… Debemos decir que otras partes de este sistema educativo marciano han sido omitidas por cuestiones de extensión y por propio interés. En cualquier caso, tenéis el método docente completo en el relato “En otro planeta”, de Porfiri P. Infántiev, incluido en la obra Pioneros de la ciencia ficción rusa, Alba Editorial, Barcelona, 2013 (en una genial selección y traducción de Alberto Pérez Vivas), pp.141-144. Ideas centenarias y sorprendentes. Más información sobre este libro en: Pioneros de la ciencia ficción rusa.