30 marzo, 2014
Fotografía en http://sid.uncu.edu.ar.

“Es necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. Si todos hemos sido creados iguales, que todos los niños y jóvenes sean iguales, tengan las mismas oportunidades sea cual sea su origen, sexo, religión o “clase social” (¡qué espanto de término y lo vigente que está!).¿Por qué? El coeficiente intelectual, la inteligencia, la creatividad… no entienden de la capacidad económica familiar que tenga un niño (y su familia) y no debería hacerlo tampoco el estado en el que ha nacido. Si no tenemos en cuenta esto, deberemos tener en cuenta todo el capital humano que se va a perder y del que no se va a beneficiar la sociedad.

“Es necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. Los profesores trabajamos con voluntades que debemos seducir (como hacen con nosotros actores, actrices, escritores, deportistas, directores de cine, de videojuegos…y contados políticos –véase Obama y alguna otra excepción-). ¿Por qué? Porque debemos convencerlos de que el camino que les proponemos vale la pena.

“Es necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. “Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, devoran la comida y le faltan al respeto a sus maestros”. En resumen, que son unos tiranos, bárbaros y asilvestrados… como rezaría un titular de cualquier medio de comunicación de un país occidental. Pues no. La frase no se refiere a los adolescentes actuales que despueblan las aulas de nuestro país cada vez más y antes. No. La frase es de Sócrates (470-399 a.C.), de hace unos 2.400 años. Pues, bueno, concienciémonos y punto. No achaquemos a los jóvenes del siglo XXI comportamientos y actitudes nunca vistas, de procederes ansiosos e indelicados, que necesitan medidas urgentes y severas. No. También estuvieron fascinados por la inmediatez nuestros abuelos y por la mera actualidad nuestros ta-ta-ta-tarabuelos. El problema no es nuevo. No.

“Es necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. Y claro, después podemos hablar que “Tengo una pesadilla”… de desesperación, arbitrariedades, injusticia, desigualdades… ¿O no? Lo que sentenció un señor negro, en 1963, en unos EE.UU. racistas y clasistas fue “tengo un sueño”. Sí, Martin Luther King dijo entonces un sueño y no una pesadilla. Y su discurso recordaba algo que hoy parece lejano. “Tengo un sueño. Que un día esta nación se pondrá en pie y realizará el verdadero significado de su credo: que todos los hombres han sido creados iguales”. Se refería a la raza, al color de piel, a la opresión clasista, aunque hoy podemos hacer extensibles las desigualdades a cualquier otro factor (el educativo entre ellos). En general, creo que el gremio educativo transmite ideas positivas y si no es así, vale más apartarse de los pájaros de mal agüero. Hay que fomentar ideas positivas en las que creer, retos, caminos, optimismo, belleza. Y, por si uno cae en la tentación, nadie se hace famoso por pronosticar desatinos futuros, sino parabienes.

“Es necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. Platón, en su Teoría de las ideas, establece las bases de una concepción metafísica de la belleza, al incluirla, junto con la Verdad, la Bondad y las demás Ideas esenciales, en el mundo de los principios divinos. “El hombre que ha sido recientemente iniciado o que durante mucho tiempo gozó de las contemplaciones celestes, cuando reconoce en un rostro hermoso una bella imagen de la divina belleza o, en un cuerpo, reminiscencias de esta misma belleza, comienza a estremecerse, sintiendo renacer en él algunas de aquellas mismas emociones que experimentó en pasados éxtasis. (…)
– Ningún hombre lo ignora.
– No ignora, ¿qué?– Que privado de medida y proporción, toda mezcla, sea cual sea, y de cualquier manera que esté compuesta, corrompe a sus componentes y se corrompe ella la primera, porque entonces ya no es una mezcla, no es más que una mezcolanza, una miseria para los seres en que se produce”. Pues eso. Si privamos a los niños y adolescentes actuales de la belleza, sensibilidad, creatividad, medida, disciplina y proporción gracias a la educación no les quedará a ellos ni al conjunto de la sociedad más que miseria y corrupción, en todos los sentidos de la vida. Y además esa desesperanza será extensa, intensa y crónica.

“Es necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. “Debemos relacionarnos unos con otros siempre que sea posible, tenemos que ayudar a los estudiantes a que pasen del reconocimiento a la admiración y de la admiración al deseo duradero de la búsqueda de la verdad, la belleza y la bondad”. Este enfoque lo confirma Howard Gardner en su libro La mente disciplinada. ¿Reto educativo para el futuro? El que se quiera, pero basado en la igualdad de oportunidades, en cultivar mentes que sepan pensar para crear y saber elegir. Puede sonar como una utopía, pero es factible (y deseable), si existe voluntad.

“Es necesario encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. Y, por cierto, la frase es del Papa Francisco.