18 mayo, 2014

En la anterior entrada presenté en forma resumida los cambios de nomenclatura del trastorno a través del tiempo, falsas creencias y características de niños/as y jóvenes. Existen en la actualidad importante número de asociaciones para las familias y los educadores, que facilitan nuestra tarea con recursos, charlas, y diferentes propuestas. Y, considero que con el TDAH es cuando más presente está la frase que expresa: “para educar a  un niño hace falta la tribu entera”. Si la tribu, familias, escuela, sanidad, no apuesta por una educación integradora, pues difícil es la situación. 

En relación con lo expresado anteriormente, el tratamiento  requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a la familia, al educador, profesionales de la psidocedagogía, psicología y al neuropediatra para el tratamiento farmacológico. Desde el punto de vista educacional debe orientarse hacia el desarrollo de estrategias educativas que incidan sobre las habilidades especiales, desarrollo de talentos y valoración de la instrucción así como el comportamiento.

Existen diversos tipos de tratamientos indicados en el TDAH de niños y adolescentes, sin embargo el que presenta mayores niveles de eficacia es el tratamiento combinado o multimodal, que incluye el tratamiento psicológico, el farmacológico y la intervención psicopedagógica.

1-Farmacológico

Los medicamentos no curan, sino modifican conductas y funciones permitiendo otras medidas terapéuticas. Con los fármacos disminuyen los síntomas del TDAH, mejorando el rendimiento escolar y el comportamiento del niño y las relaciones tanto en casa como en la escuela. Al mismo tiempo, facilitan el efecto de las intervenciones psicológicas y psicopedagógicas.  Debemos tener presente que con la medicación factiblemente pueden aparecer efectos colaterales, como:

-Disminución del apetito.

-Dolores de cabeza.

-Dolores de  estómago.

-Insomnio ocasional.

-Leve disminución del ritmo de crecimiento ( a largo plazo).

Por lo tanto los padres deberán estar atentos para comunicar al médico quien regula la dosis de la medicación.

2-Conductual basado en técnicas de modificación de conductas:

El enfoque conductual se basa en el comportamiento y desarrollo del sujeto en interacción con su ambiente físico y social, actuando factores biológicos pasados y presentes, la historia y las condiciones físico-ambientales. Dicho conocimiento permite que la conducta se aprenda, se mantenga y modifique. ¿Cómo ayudar a reducir esta conducta? Se tendrá en cuenta lo siguiente:

-Definir operacionalmente la conducta problemática.

-Registrar la medida inicial de la conducta.

-Analizar las consecuencias que mantienen la conducta.

-Diseñar nuevas contingencias de refuerzo aplicando el programa de intervención deseado.

-Evaluación de la efectividad del cambio.

-Seguimiento del programa.

3-Cognitivo-comportamental que utiliza técnicas cognitivas y conductuales: (propuestas por Isabel, Orjales Villar en Déficit de atención con hiperactividad: manual para padres y educadores-Madrid.Cepe.1999)

Técnicas cognitivas como las autoinstrucciones, autoafirmaciones, toma de conciencia de los procesos mentales, etc.

Técnicas comportamentales, basadas en el control de los acontecimientos que provocan la aparición o el mantenimiento de las conductas positivas o negativas.

Como orientaciones pedagógicas para tener en cuenta dentro del ámbito escolar, destacaría las siguientes:

1-Diseño de un ambiente de aprendizaje adecuado que implica material de trabajo que resulte motivador, establecer un rincón donde el niño pueda estar tranquilo en caso de que presente una conducta muy disruptiva. 

2-Las tareas deben ser cortas, definidas y secuenciadas. Regular el tiempo es fundamental, para no provocar fatiga mental o corporal. Por ello, es conveniente diversificar los temas de trabajo e introducir estímulos motivadores para evitar la dispersión.

3-En el trabajo individual se puede pedir al niño que narre lo que está haciendo, para aumentar la atención. Cuando el trabajo es grupal, la disposición en semicírculo es adecuada para mantener el contacto visual con el/la alumna.

4-Las normas deber ser claras y consistentes, discutidas con los niños/as y expuestas de manera simple y breve. Por ejemplo: hablar en voz baja. Los ejemplos deben ser concretos, repetitivos y demostrativos. Se deben practicar una y otra vez las normas y no estar continuamente regañándolo.

5-Las instrucciones deben darse cuando estén atentos y calmados. Caminar por la clase, hacer gestos y tocar a los niños/as que necesiten enfocarse. Explicar en forma clara y concisa, mirando a los ojos cuando se les habla. El modelado también es fundamental para ayudar a la comprensión de las consignas dadas y evitar agobiar con demasiadas instrucciones.

6-Señales y claves, su uso facilitará la comunicación, pueden ser orales, sonoras o gráficas. Por ejemplo, sonar una campanilla o colocar un letrero. No olvidemos que captar y mantener la atención es lo que más nos preocupa a los docentes ya que están dentro de los aspectos que más les cuesta a los alumnos/as. 

7_ El reconocimiento al comportamiento positivo, que considero clave y necesario, para minimizar los comportamientos negativos. Reforzarlos en observaciones concretas, como por ejemplo :-¡Qué bien hiciste la fila! ¡Me encanta como trabajaste hoy!, etc.

8-Los refuerzos, incentivos positivos fortalecen la autoestima y el respeto. No se trata de ofrecer grandes premios o acostumbrar al niño/a a trabajar por logros materiales sino que se pueden emplear diversos estímulos como los detallados a continuación:

  • Tarjetas de colores: se usan para orientar el comportamiento, se cambia de color según si este es positivo o negativo. También se pueden usar iconos con una cara contenta o triste según la situación.
  • Tarjetas con números: es otra alternativa. Al finalizar la jornada el alumno/a obtiene una valorización según su comportamiento. Por ejemplo: 1.Excelente día, 2.Un buen día,3.Hemos tenido algún problema, 4. Hoy fue un día difícil.
  • Caja de las sorpresas: el o la niña pueden  disfrutar de alguna actividad extra según su conducta como escojer un juego, escuchar música, traer algo especial. Cabe destacar que lo importante es que el niño tenga la oportunidad de portarse bien, sin consecuencias a largo plazo o con metas inalcanzables. 

9-Y como estrategia plenamente indicada en estos casos es la relajación, que consistirá en ejercicios de tensión y relajamiento orientados a facilitar la relajación respiratoria y muscular. Debe ser una situación sostenida y no solo una actividad. Se puede utilizar al comienzo de la jornada, como descanso después de una actividad motriz dinámica, etc.

Thomas Armstrong , psicólogo y educador californiano, con vasta experiencia docente en todos los niveles educativos, propone utilizar la Teoría de las Inteligencias Múltiples como una estrategia para facultar (y no para controlar) a los niños con diagnóstico de TDAH.  Y esta es su propuesta:

 Y al chico que se siente descorazonado al oír que todos hablan de él como de un alumno con “trastorno de déficit”, la teoría IM le ofrece un vocabulario nuevo -y positivo- para describir de qué modo él aprende mejor, y que puede necesitar, en una determinada situación, de algún aprendizaje para responder positivamente.

(Fuente: THOMAS ARMSTRONG , Síndrome de Déficit de Atención con o sin hiperactividad ADD/ADHD. Estrategias en el aula, Ed. Paidós, 2001, Argentina. )

(Fuente de la imagen http://www.psicoglobalia.com/wp-content/uploads/2012/06/tdah.jpg