20 julio, 2014
Imagen en www.fmbolivia.tv

Hace unos 2.500 años, en la Antigua Grecia se estableció el modelo educativo ideal o paideia. Para los griegos, la paideia era el proceso de educación de los niños, entendido como la transmisión de valores (saber ser) y materias técnicas (saber hacer) propias de la sociedad.

Homero en sus obras la Ilíada y la Odisea creó una primera paideia (750 a.C.) que serviría de faro inspirador para sucesivos modelos educativos. Lo denominó kalokagathía (fusión del griego kalós=bello y de agathós=bueno y virtuoso), estableciendo la armonía entre la educación física y la intelectual (espiritual o moral). Este ideal es la base de toda la cultura griega, resumido en el célebre lema mens sana in corpore sano. En síntesis, cultivar el cuerpo con la práctica deportiva, el aprendizaje de una profesión, la formación cultural y artística, la música, la lengua, saber escuchar, hablar y debatir, aprender a manejarse en la vida, saber vivir en comunidad, cultivar el espíritu, la moral y las virtudes (piedad, respeto a los demás, ser noble, ser bondadoso, sentirse orgulloso) y la aplicación práctica de los conceptos y virtudes transmitidos por una enseñanza eficiente.

Lograr todo esto era el objetivo de la paideia, siendo necesarios valor, esfuerzo constante, voluntad y afán de superación. Con ello se logra el gran premio: ser alguien en la vida, la honra y el honor.

Poco después y también en Grecia, Hesíodo en su obra Los trabajos y los días (700 a.C.). continúa el modelo homérico pero aporta un gran avance: la democratización de la educación, la extensión de los beneficios al conjunto de los ciudadanos.

Son valores universales y perennes, que pueden caer en desuso o no estar “de moda” por su alto nivel de exigencia, pero que siguen ahí, latentes. En unas zonas del mundo lo de ser honrado puede sonar épico y loable, mientras en otros lugares puede ser un término y una actitud ante la vida en vías de extinción.

Sin embargo, en algún lugar recóndito del mundo se apuesta por una paideia utópica que recuerda el enfoque griego… Unos tres mil niños sin recursos aprenden deporte y convivencia en la escuela de balompié Tahuichi en Santa Cruz, la ciudad más poblada y violenta de Bolivia. Y comen. La academia ha sido nominada seis veces al Premio Nobel de la Paz. Suena a guion cinematográfico, pero es cierto. Se puede comprobar en su página web.

Insisto… aunque suene a leitmotiv repetitivo… Y, nosotros, ¿hacia dónde vamos? La nueva legislación, ¿adónde va? España, quo vadis? Disculpen los argumentos ad hominem. Pero observo las grandes bondades de la educación infantil-primaria-secundaria-terciaria, sí en su conjunto y su totalidad y de principio a fin. ¿Qué son 20 años de educación en una persona si la esperanza de vida ronda los 90 años de edad? VALORES, BIENESTAR, GARANTÍA Y PROGRESO. La educación no tiene que cambiar, lo que tiene que cambiar es el país, su escala de valores, prioridades y su sistema productivo. No nos sobran titulados superiores, sobran bares.