7 enero, 2015

Perdón por el título! no es una realidad, es un deseo.

 

La verdad es que el tema de la empatía es recurrente en la educación. Desde que se definió la empatía -del griego ἐμπαθής :emocionado- como la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otra persona puede sentir, se ha trabajado en educar esos sentimientos de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.

 

Para mí la empatía es esa energía que me mueve a hacer algo por los demás, está en la base de cualquier voluntariado. Es una actitud de acción, de movimiento, de agitación, de sacudida, de dinamismo. En la actualidad, de forma curricular, existe la experiencia que comenté en un post anterior de la educación en primaria en Canarias que cuentan con la asignatura, obligatoria y evaluable, “Educación Emocional y para la Creatividad”, donde dos veces a la semana trabajarán la empatía y otras emociones.

Y esto es muy bueno porque significa que la empatía se puede aprender como ya lo ha dejado muy claro emprendedores sociales, como la canadiense Mary Gordon, que impulsan la empatía en escuelas desde hace casi 20 años y demuestran con resultados tangibles los beneficios objetivos de la empatía.

 

La empatía es muy buena, no sólo porque nos pone en el camino de otros y otras y provoca ayuda en los demás; sino, también, porque es un eje fundamental del éxito personal. La empatía nos prepara para la vida: nos ayuda a relacionarnos con los demás, apoya el trabajo en común, nos hace atentos al entorno, nos prepara como personas líderes. Es la forma de conjugar actitudes que Ignacio García-Valiño, que ha trabajado como psicólogo en varios Institutos de Enseñanza Secundaria señala en su libro ‘Educar a la pantera’ que activan el acoso escolar como esa fórmula de: «Haz ver a los demás que la víctima escogida no es ‘uno de los nuestros’ y que, por tanto, no merece sino desprecio».

 

Me encantará el día en que en los informes PISA se barajen estos términos y que los índices reflejen de forma clara y objetiva las competencias obtenidas en empatía.