1 julio, 2015

Fuente imagen: Europapress.

Hay días que te pones a navegar por la red, a leer un poco las noticias y el devenir del mundo, y al rato se te ha puesto una sonrisa de oreja a oreja, no es habitual pero a veces pasa. A mi me paso el otro día cuando encontré una noticia con un titular sorprendente … “Deciden poner una guardería en un centro de ancianos y sus vidas cambian por completo”

Aquí tenéis el enlace a dicha noticia tal y como se publico [ENLACE] Además podéis ver un pequeño vídeo sobre un documental que están elaborado con la experiencia.

Uno tiene querencia por los niños y la infancia, de ello vivimos verdad, pero no deja de ser maravilloso que dos mundos supuestamente ajenos se conecten de una manera tan sencilla, la infancia y la vejez se transforman en un todo donde la edad deja de importar, lo valioso son las emociones y el aprendizaje.

Lo importante es el presente, el día de hoy, este instante. Atrás queda lo vivido para unos, lo que habrá de venir para los otros, pero ahora que estamos juntos estamos viviendo algo único e irrepetible.

Los niños han aprendido con la experiencia más allá de los libros o las aulas, han aprendido viviendo algo único, la memoria y la experiencia de los abuelos, y éstos, han conectado con una etapa lejana que les ha sacado de su pena en muchos casos.

No hace tanto tiempo los abuelos vivían al lado de los nietos, incluso en sus mismas casas. No hace tanto tiempo las distancias entre generaciones se veían reducidas a cero dando oportunidad de jugar, cocinar o aprender con el simple hecho de convivir. Todo ha cambiado, el mundo, nosotros, la sociedad ha “evolucionado” hacia otro modelo, quizás nos dejemos cosas por el camino.

Los abuelos, muchos, siguen presentes en las vidas de los niños y niñas pero no lo hacen del mismo modo, ahora en muchos casos son prolongación de los padres o susitutos ante la incapacidad de estos de conciliar sus vidas laborales con las de sus hijos.

Nosotros en la escuela lo vivimos, nuestros padres no conocen la huerta como los abuelos, ellos si que tienen tiempo ahora jubilados para seguir con labores que en nuestro entorno eran algo normal y habitual. Hay un salto que los niños, aún siendo de pueblo, no siempre sabe como afrontar, necesitan a sus abuelos para volver a los praos, a los bichos o al río.

Llega el tiempo del verano, de estar en la calle, de jugar con la bici de sol a sol … yo a mis niños les he puesto una ardua tarea para el verano ¡disfrutad todo lo que podáis! Porque solo este verano tendréis cinco años.

No os negaré que sus padres quieren que lean, que hagan alguna tarea de números o letras, no puedo decirles que no lo hagan pero si que les digo que pasen tiempo con ellos, que vayan a casa de los abuelos a dormir, que confien en ellos y sus padres o suegros para que los niños conozcan, vivan y disfrute de otra cosa, de otros valores y que aprendan otras cosas, esas que seguramente al cabo del tiempo recordaran más que las tareas que hicieron aquel verano que terminarón Infantil.

¿Me harán caso? ¿Iran a casa de los abuelos solo por necesidad? No lo sé, confió en que no. Deseo que mis niños, mis alumnos que ya pasan a Primaria pasen tiempo con sus familias, que se aburran los días de calor sin poder jugar todo el tiempo; que vayan a la playa y se mojen hasta arrugarse, tengo la esperanza de que van a exprimir al máximo el tiempo que la escuela les libera … ya veremos en septiembre que nos cuentan de sus vacaciones y de sus fantásticos abuelos 😉