30 noviembre, 2015

Todos los que estamos cerca de niños pequeños, bien como padres, como maestros o en ambas situaciones, si alguien nos dice “Dalsy” ya sabemos de que estamos hablando sin tener que cruzas más palabras para entendernos.

“Dalsy” es sinónimo de enfermedad, generalmente de mocos, toses y demás procesos asociados a las enfermedades leves de los niños asociados a la fiebre, porque el “Dalsy” no es más que el nombre comercial del Ibuprofeno para niños. Antaño teníamos la Aspirina infantil con sabor a fresa y Vips Vaporu que nuestras madres nos administraban con tanto amor como hacemos ahora nosostros con nuestros niños.

Quizás os preguntéis porque me da por el “Dalsy” esta semana, no es que yo tenga la tan temida fiebre, es por un anuncio que esta marca está pasando en televisión; el anuncio estupendo en su factura, colocado en las cadenas en momento estratégico para obtener su impacto en el mercado, etc., etc., pero a mi eso de utilizar a los niños en la tele no me mola, ya lo he comentado otras veces, si encima están malos … pues me gusta menos aún.

Cuando un niño enferma se pone pesado, está apático y tristón, en ocasiones es molesto y pesado cuidar de él sobre todo con los horarios enloquecidos en los que vivimos, es un niño es lo que tiene que hacer, le duele y se queja punto. ¿Cuál es la solución mágica? Claro, el medicamento que lo cura todo y nos deja descansar a todos, sobre todo a los padres.

Queda en el anuncio perfectamente reflejado con unos cuantos esteriotipos esa visión de la Infancia como un conjunto de niños ruidosos que nos incordian a los mayores, al menos esa es mi visión, no refleja niños reales, con dolencias reales. Por supuesto que el lenguaje publicitario tiene su propio mecanismo para llegar a nosotros consumidores finales, faltaría más, pero … ¿no podrían hacerlo de otro modo? ¿Cuántas veces se utiliza una imagen distorsionada de la infancia que luego cala en la realidad? ¿Hasta que punto el autocontrol no debería promocionar este tipo de productos?

Si un niño tiene fiebre, es porque su cuerpo reacciona ante una infección … ¿lo cortamos y al cole? ¿Nuestro descanso y bienestar adulto por encima de todo? Es lo que parece que nos dice el anuncio de manera subliminal.

¿Todo vale para que nada se detenga? ¿Tampoco pueden ponerse los niños malos y perder unos días de cole? Seguimos acelerando y acelerando, incluso cuando nuestros niños están enfermos, un poquito de “Dalsy” y como nuevo.

Nosotros en nuestra escuela, recomendamos no traer a los niños enfermos a clase, por su comodidad mejor en casa tranquilo que en el cole con todos los compañeros haciendo vida normal; evitamos contagios y limitamos posibles procesos epidémicos, pero sobre todo, pretendemos que los niños cuando están pasando unos días enfermos tengan la portunidad de recuperarse con tranquilidad, parece tan obvio que da hasta un poco de pudor decirlo pero es así, la escuela es un lugar para aprender y disfrutar, con fiebre y malestar imposible, mejor dejarlo para otro día.

Los medicamentos son importantes porque nos hacen la vida más fácil, debemos conocerlos y usarlos con responsabilidad, educando a nuestros niños y niñas en su uso y fin; si abusamos de ellos pierden el sentido y su funcionalidad, al tiempo que mal educamos a los más pequeños en el verdadero sentido de su uso en la vida cotidiana. Como siempre, pensemos antes de actuar, no dejemos que la publicidad y el mercado nos empujen, tomemmos las riendas de la educsicón de los niños, sean nuestros hijos o nuestros alumnos, les ayudaremos a crecer más sanos y más felices, feliz semana.