8 marzo, 2017

Recuerdo que mis padres, hace ya muchos años, decían que entre otras cosas me mandaban al colegio porque allí me preparaban para el futuro. El entorno escolar ya no habla de transmisión de conocimientos, sobre todo en una era que la información es accesible y el aprendizaje se puede centrar en el manejo autónomo de búsqueda de recursos. El espacio escolar ha cambiado en contenidos, metodologías … hoy hablamos de creatividad, emociones, motivaciones, convivencia, competencias …y emprendimiento

Creatividad y emprendimiento van de la mano. Ser una persona creativa supone ese plus que nos permite ver las situaciones y las cosas de manera distinta, desde una óptica diferente. Siempre recuerdo la escena del Club de los Poetas Muertos, “el mundo se ve distinto desde aquí arriba”.

Ser una persona creativa supone atreverse a pensar de una manera única. Ser una persona innovadora supone un paso más: llevar a buen término la creatividad. Si hemos conseguido despertar el interés del alumnado por su capacidad de aportar visiones y soluciones a problemas, estamos, entonces, en el camino de emprender, de la posibilidad de poner en marcha proyectos propios. Y este recorrido es para el alumnado de primaria también.

Sorprende en proyectos iniciados ver como los y las “peques” imaginan ideas, ponen la creatividad a trabajar cuando se sienten como personas implicadas, cuando son conscientes de sus posibilidades y capacidades. Desde luego se despliega una creatividad inimaginable para muchos adultos que podemos estar anclados a trayectorias con poca capacidad de abandono de la zona de confort.

Tres serían los elementos a cuidar:

  • La confianza y la visión optimista que permita mirar hacia el futuro con la certeza de ser capaces de encontrar el camino.
  • La resiliencia y la autocrítica que igualmente nos permita ganar seguridad. Permiten adaptación al cambio/flexibilidad que permite adaptación constructiva a nuevos contextos.
  • Las redes en la convicción de que se camina en grupo, donde cada persona es capaz de aportar sabiduría, dirección, apoyo. Un punto clave es el momento de compartir ideas, de contrastar, de hacerla crecer con las distintas aportaciones…

Dos ideas que nos pueden ayudar a este desarrollo:

  • En primer lugar, metodológicamente es interesante partir de los propios hobbies, herramienta fundamental para el fomento del talento y de las capacidades. Los hobbies permiten enganchar con las aspiraciones de alumnado, situarle en su ámbito de seguridad y conocimiento. Permiten enfocar en movimientos positivos capaces de hacer realidad los sueños o proyectos.
  • En segundo lugar, otro elemento, que ya he comentado en algún momento, es la participación en alguno de los programas europeos. En concreto el programa Erasmus+ nos ayuda a construir una sociedad abierta y tolerante. La movilidad es muy importante. Sabemos que la movilidad en el aprendizaje tiene un impacto positivo sobre la formación y competencias de los “peques”. Promueve la formación para la resolución de problemas, la confianza, la tolerancia y la curiosidad. Muy recomendable explorar las opciones de estos programas que para estas edades ofertan temas de intercambios enriquecedores.

La imagen pertenece a los programas de UNICEF