23 marzo, 2015

Con el paso de los años el concepto de ARTISTA ha ido cambiando. Hace muchos muchos muchos años artista era la persona con unas dotes artesanas cualificadas. Hoy consideramos artista a esa persona que expresa, en ocasiones de modo estético, otras provocadoras…, esa persona que genera en el espectador sentimientos y emociones.

Si partimos de la premisa que es función de la escuela junto con su entorno, el capacitar a los niños y niñas en repensar y cambiar el mundo, discriminar, desarrollar el pensamiento crítico, enseñándoles a elegir de modo consciente desde una construcción de valores y concepciones entendidos… si nos posicionamos ahí, cobra todo el sentido trabajar el arte como una herramienta dentro dentro de programa curricular.

Me cuesta entender como la LOMCE, aún cuando habla del desarrollo de la creatividad y de la persona, quita peso académico a este tipo de materias que al igual que las troncales desarrollan y construyen persona.

Pero volvamos a la educación en el arte. Entiendo que ésta tiene que estar más atenta al proceso que al producto final. Lo importante es el proceso, lo que importa es como el niño o la niña trabajen sus pensamientos, sus sentimientos, sus percepciones…

Y, he ahí, que es donde esta forma de trabajar conecta con todos esos conocimientos y actitudes necesarios para ir trabajando los temas de voluntariado.

Genial como la XXX Conferencia General de la UNESCO propone promover la inclusión de disciplinas artísticas en la formación general del niño y del adolescente por considerar que la educación artística,

  1. Contribuye al desarrollo de su personalidad, en lo emocional y en lo cognitivo;
  2. Tiene una influencia positiva en su desarrollo general, en el académico y en el personal.
  3. Inspira el potencial creativo y fortalece la adquisición de conocimientos;
  4. Estimula las capacidades de imaginación, expresión oral, la habilidad manual, la concentración, la memoria, el interés personal por los otros, etc.
  5. Incide en el fortalecimiento de la conciencia de uno mismo y de su propia identidad.
  6. Dota a los niños y adolescentes de instrumentos de comunicación y autoexpresión.
  7. Contribuye a la creación de audiencias de calidad favoreciendo el respeto intercultural.

Cuando hablo de arte no me refiero sólo a las artes plásticas, sino también a la danza, música, teatro, narrativa… todo aquello que nos pone en relación nuestro mundo interno con el entorno, desarrolla la creatividad, la expresión…Nuestra sociedad reclama creatividad para encarar soluciones a los problemas que tenemos. No dejemos que ésta desaparezca de los contenidos de nuestros centros educativos…