12 abril, 2015

b2ap3_thumbnail_Grab.pngMuchos docentes se quejan de las dificultades que tienen para hacerse escuchar en la sociedad audiovisual en la que vivimos. Es cierto que la facilitación visual permite que seamos capaces de comprender mejor una información, logrando que las diferentes secciones de contenido aparezcan ante nuestros ojos organizadas de forma lógica para su estudio.

Sin embargo, también es necesario que seamos capaces de centrar la atención de nuestros estudiantes en otros aspectos. Particularmente en uno que puede implicar el trabajo directo sobre el principal medio de la comunicación humana: la voz. El trabajo con audio en la escuela nos permite desarrollar toda una serie de posibilidades tanto educativas como relacionadas con estrategias de expresión oral y de escucha activa. Nuestros alumnos necesitan aprender a expresarse de forma adecuada, pero también necesitan aprender a escuchar sin que elementos visuales acompañen constantemente las diferentes exposiciones. Si conseguimos que vuelvan a darle importancia a la palabra, que sean conscientes de lo fundamental que es lograr que las frases signifiquen y transmitan ideas, seremos también capaces de hacerles comprender la importancia del trabajo sobre la comunicación, sobre el respeto y la convivencia a través del lenguaje.

Todo lo que hacemos en nuestra vida, incluso nuestro propio pensamiento, se ve dirigido por el uso que hacemos de la palabra. Es importante que nuestros estudiantes sean capaces de mejorar en este aspecto, pero sólo lo conseguirán si son conscientes de cómo se están expresando y de cómo podrían llegar a hacerlo. Para ello, no hay nada mejor que dejar que se oigan a sí mismos. Si pueden escucharse y analizarse comprenderán también la mejor forma de poner sus ideas en una conversación, de enriquecer el diálogo constante con los demás y así hacer que su comunicación sea más efectiva. Todos hemos probado a realizar debates en clase, pero en la exposición de ideas, igual que en las conversaciones, es común que se produzcan malentendidos. De lo que los alumnos dicen a lo que realmente quieren decir hay a veces una larga distancia. Pero si ellos mismos son capaces de escucharse para analizar cómo han hablado, será posible que mejoren tanto la estructuración de su discurso como su capacidad para persuadir al oyente.

Hagamos de la palabra un arma. Un arma que sea capaz de solucionar los conflictos mediante un uso adecuado del lenguaje. Para conseguirlo, sólo necesitamos que nuestros estudiantes sean conscientes de su poder y lo usen de forma adecuada.

Haciendo posible el análisis.

La cantidad de dinámicas que podemos poner en marcha con la grabación de audio es realmente muy amplia. Desde guiones complejos, para hablar sobre contenidos curriculares, a debates flexibles donde los estudiantes puedan hablar de una forma bastante más libre. Abrimos, además, la puerta a realizar toda una serie de posibles trabajos para el centro como programas de radio, revistas en audio, así como grabaciones para cualquier otra actividad. Aunque quizá lo más usual sea trabajar sobre contenido curricular, estableciendo diálogos o resúmenes sobre el contenido, también es posible trabajar sobre las emociones y hacer del diálogo sobre los sentimientos una dinámica poderosa para mejorar la convivencia. El hecho de escucharnos a nosotros mismos y a los demás verbalizando lo que sentimos tiene una fuerza poderosa para comprender al otro. Y quizá la mejor forma de acercarnos a los sentimientos que tenemos sea precisamente utilizar herramientas que nos entreguen la inmediatez de la palabra hablada.

Silencio, se graba.

Para poder grabar audio es necesario utilizar alguna herramienta tecnológica con el software adecuado. La ventaja que tenemos ahora mismo es que con un simple teléfono, una tableta o un ordenador con características muy básicas, podemos poner en marcha una grabación de audio con mucha sencillez. Este tipo de grabaciones pueden editarse en diferentes dispositivos móviles, lo que hace que podamos tener en nuestro bolsillo todo lo necesario para llevar a cabo la grabación y la edición completa. Una vez que hayamos finalizado el proceso de grabación y edición podemos, si lo deseamos, publicar nuestra creación en Internet.

Pero veamos, paso a paso, cómo podemos hacerlo.

Para grabar, la mayoría de los programas nos van a permitir usar diferentes pistas. En la mayor parte de ellos el proceso de grabación es tan sencillo como seleccionar la pista y pulsar sobre el botón de grabar. Una vez que hayamos realizado esta acción llevaremos a cabo la grabación, la detendremos pulsando sobre stop cuando hayamos terminado y tendremos nuestra pista preparada.

Si queremos grabar otra pista el proceso es también muy similar en todos los programas. Seleccionaremos la pista número 2, pulsaremos sobre grabar y repetiremos el proceso. La ventaja es que al usar varias pistas podemos introducir música en nuestras grabaciones, o cualquier otra sección con comentarios, cortinillas musicales, etc.

Pongo un ejemplo utilizando el GarageBand, que está disponible para iPad, iPhone y Mac, pero puede usarse una gran cantidad de software como SoundForge, Cubase, Audacity u otros. En todos encontraréis las mismas opciones para trabajar.

Posteriormente, si queréis subir a Internet el trabajo os recomiendo que miréis las opciones de www.ivoox.com. Se pueden subir archivos de audio sin coste para poder reproducirlos con un simple enlace.

Como veis es más simple de lo que parece y los resultados para nuestro centro pueden ser muy llamativos, tanto para trabajar con material curricular como para hacer del diálogo, de la escucha activa y expresar las emociones el primer paso para mejorar la convivencia.