31 mayo, 2022

Cuando un niño o una niña entra en el mundo de internet, además de en un inmenso mar de oportunidades, puede encontrarse, como en cualquier espacio habitado, con determinadas amenazas. Entre ellas hay una que preocupa especialmente a las familias, el ciberacoso.

Para cerrar el cerco al término, al hablar de ciberacoso hablamos de que reciban o vean publicados insultos y difamaciones sobre su persona, que reciban imágenes explícitas o desagradables no solicitadas, que alguien que no sea su padre ni su madre les pregunte qué están haciendo y con quién, que reciban amenazas físicas, que se publiquen imágenes suyas, explícitas o no, sin su consentimiento; eso es ciberacoso.

En los últimos años se han sumado a la lista de posibles acosos en redes o grupos de distribución tres relacionados con el abuso hacia la intimidad: el Happy slapping, la grabación de una agresión física, verbal o sexual a un menor, que se difunde y comparte a través de Internet; el Grooming: El engaño o abuso sexual online por parte de un adulto hacia un niño o niña; y el Sexting: El envío de fotografías o conversaciones de menores con contenido erótico a terceras personas, sin su consentimiento.

Estas amenazas existen en mayor o menor medida en las redes, como existían antes y existen aún en el mundo al que ahora llamamos analógico. Pues en ambos mundos habitan personas que abusan y acosan.

Por eso hay que preparar a los niños y las niñas para detectarlo y evitarlo, y por eso hay que saber muy bien a qué atenerse cuando ha sucedido.

¿Qué hago si mi hijo/a sufre ciberacoso?

Esta es la pregunta a la que queremos dar respuesta desde Educación Conectada en la Fad ¿Qué hacer en el momento en que se confirma que tu hija, tu hijo o cualquier menor a tu cargo es víctima de ciberacoso?

Hay ocasiones en que, sobre todo en el mundo virtual, es difícil trazar la línea entre una broma pesada o si están tratando de herir, de desestabilizar, de hacer sentir vulnerable a la persona que es objeto de la burla. Pero si la situación les hace sentirse mal y a pesar de decirlo, el problema continúa, entonces tienen que buscar ayuda.

Empecemos por asumir y educar en reconocer y en defender que todos y todas merecemos respeto, en línea y en la vida real.

No son las únicas víctimas.

 El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia destaca que el ciberacoso es ya un fenómeno global, que no se limita únicamente a los países más desarrollados.

Según una mayoría de los encuestados, las redes sociales más utilizadas por los chicos y las chicas son el lugar más común para el ciberacoso. También las aplicaciones de mensajería y también, en menor medida, los videojuegos en linea.

Por otro lado, la mayoría cree que el ciberacoso no es normal ni aceptable, que la intimidación por internet está afectando su educación y quieren que se termine.

el ciberacoso es ya un fenómeno global

¿Cómo detectarlo?

Es muy común que, ante un caso de acoso en línea, quien lo sufre no sea capaz de transmitirlo a su familia y aún menos al centro escolar, entre otras cosas porque muchos acosos se complementan con amenazas. Por eso es bueno tener algunas alertas encendidas:

Si detectas un cambio en el comportamiento habitual, ponte en guardia. Los cambios de humor, el cansancio, reacciones de tristeza o de ansiedad cuando miran sus mensajes o redes sociales.

Esto es debido a que mentalmente, una persona acosada se siente preocupada, avergonzada, desesperada, pierde interés en lo que le gusta. Y físicamente se siente cansada, tiene insomnio o sufre dolores de estómago y de cabeza.

El entorno familiar, escolar y de amistades, indiscutiblemente, quiere ayudar, pero no es suficiente con querer ayudar, también hay que saber cómo hacerlo.

Otra cosa a no perder de vista es que el ciberacoso suele estar ligado a una situación de acoso en la vida real, siendo el acoso virtual solo un añadido. No está de más conocer qué sucede en esos tiempos en que no vemos a nuestros hijos e hijas, con quién comparten ese tiempo y a qué lo dedican.

¿Y ahora qué hago?

Cuando existe un caso de ciberacoso, la ayuda del entorno juega un papel fundamental.

El entorno familiar, escolar y de amistades, indiscutiblemente, quiere ayudar, pero no es suficiente con querer ayudar, también hay que saber cómo hacerlo.

 

Si quieres ampliar información, visita el espacio Tutoriales para familias.

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